Nuestro ritmo de vida actual es frenético, continuamente nos surgen tareas, deberes, compromisos y cuestiones de todo tipo que hacen que nuestra mente se dedique a organizar constantemente nuestro tiempo. Los días son limitados por lo que es muy común vernos inmersos en un mar de pensamientos que nos indican qué debemos hacer, cuándo y por supuesto, nos recuerdan que no tenemos demasiado tiempo.
Por otro lado, recibimos el mensaje de muchas personas (sobre todo de nosotros, los psicólogos) que nos dicen que debemos vivir el momento presente, que debemos de disfrutar de cada momento… todo muy bonito pero ¿cómo podemos conseguir eso con la cantidad de cosas que tenemos que hacer?
La organización es la clave de todo, si bien hay personas que de forma natural son organizadas, otras muchas no lo somos tanto así que hoy te voy a contar por qué la organización puede beneficiarte tanto y qué relación tiene con el lema tan famoso de “vivir el momento presente”.
Organizar el tiempo significa que, de forma previa, seremos capaces de distribuir nuestros deberes, trabajos e incluso actividades de ocio en nuestro tiempo disponible. Al hacerlo de forma previa, le estamos quitando trabajo de encima a nuestra mente, de forma que los recursos atencionales que antes se dedicaban a advertirnos qué debemos hacer o qué podemos hacer ahora podrán utilizarse para la tarea que tenemos delante, mejorando así nuestra conexión con el momento presente. La organización de tareas es equiparable a la función de un secretario/a, su función es quitarle trabajo mental a la persona para la que trabaja.
¿Para qué me sirve vivir de forma consciente el momento presente?
Vivir cada situación de forma plena y consciente tiene muchísimos beneficios:
-Nos ahorra despistes o errores y mejora nuestra productividad.
-Reduce nuestro nivel de estrés.
-Aumenta nuestro sentimiento de autoeficacia.
-Nos permite aprovechar más nuestro tiempo.
-Disfrutaremos más de nuestras actividades de ocio. Al saber que durante nuestro día existe tiempo para realizar todas las tareas necesarias, sabremos que los períodos de tiempo que hemos establecido como libres, son totalmente LIBRES por lo que los viviremos mayor satisfacción y menor carga mental.
¡Ojo!
Cabe aclarar que cuando hablo de organización no me refiero ir corriendo a la librería a comprarse el kit completo de Mr Worderful para utilizarlo el primer mes y luego dejarlo en un cajón. Existen personas que naturalmente tienden a organizarse utilizando esas herramientas, pero también existen otras que no son capaces de seguir esa rutina. Lo que yo propongo es que cada persona busque su forma de organizarse, una forma que sea capaz de llevar a cabo y mantenerla en el tiempo, que le resulte cómoda.
Por otro lado es importante saber que organizarse no significa ser rígido. Es completamente normal que las primeras veces no sepamos estimar muy bien el tiempo que demoraremos en realizar una tarea o que no cumplamos con los objetivos que teníamos fijados para ese día. Este es un ejercicio que requiere práctica y flexibilidad, así que cuando no puedas cumplir con los objetivos o el tiempo se te vaya de las manos no te culpes, los humanos también necesitamos perder el tiempo.
Comencemos
Lo primero que tenemos que hacer es elegir un formato de organización. Existen muchísimas opciones hoy en día, desde calendarios para colgar en la pared, agendas con diseños atractivos, post-it de colores e incluso aplicaciones de móvil. Para poder decantarnos por uno u otro quizás sea interesante que nos preguntemos ¿soy más de escribir o de usar mi móvil o mi tablet? ¿Qué momentos del día utilizaré para organizarme? Si es de noche en la cama quizás me interese usar mi teléfono móvil o una libreta, si es por la mañana a lo mejor me resulta más cómodo utilizar una agenda, todo vale.
Una vez que hayamos seleccionado nuestro formato es hora de comenzar a organizarnos. Yo te recomiendo que sigas 3 simples pasos:
1º Fija aquellas tareas o eventos que tengan una fecha determinada.
2º Organiza todas las tareas que tengas que hacer en un día, sin excluir ninguna y estima si es posible realizarlas todas y si es así, colócalas en el orden que consideres más correcto. Este paso puedes hacerlo en forma de lista de forma que cuando hayas cumplido una tarea puedes borrarla o “tickarla”.
3º No olvides de incluir algo de tiempo libre en tu jornada. Te recomiendo que lo incluyas una vez que hayas acabado con aquellas tareas que te suponen mayor estrés.
Creo que ya te he dado buenas razones para que comiences a organizarte, te recuerdo que se trata de ser realista, de distribuir nuestro tiempo de forma eficaz sin sobrecargarnos. Es muy normal que en algunos momentos perdamos el tiempo y nos sintamos defraudados con nosotros mismos, en ese caso te recomiendo que leas nuestro post sobre autocompasión.
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