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Psicología y vida

Mejorando la autocompasión

Nuestra mente nos habla sin parar, como una radio encendida todo el día. A nivel evolutivo, esto ha sido muy útil para la supervivencia de la especie, pero a veces, la cantidad de juicios y pensamientos rumiantes hacen que nuestra vida se complique. Cuando esto ocurre, en terapia nos encontramos a personas hablando de «baja autoestima». La autoestima o el autoconcepto se concibe como la opinión que tenemos de nosotros mismos o como nos vemos. Cuando nuestra percepción es negativa, existen diversas estrategias para mejorarla y por tanto, tener pensamientos positivos sobre nosotros mismos. ¿Y si te decimos que querer mejorar la autoestima no es la solución? Al enfocarnos en mejorar lo que pensamos de nosotros mismos, a la vez, estamos evaluando todo el tiempo lo que hacemos, comparando y en cierto modo «criticándolo». Por ello, planteamos la autocompasión como la mejor opción para enfrentarnos a todos esos pensamientos, juicios y críticas.

A medida que pasa el tiempo, las personas vamos teniendo un conocimiento de nosotros mismos muy particular. Muchas veces certero y en ocasiones con algunos pensamientos distorsionados. Practicar la autocompasión, consiste en asumir que como humanos cometemos errores, que es normal que tengamos ciertos pensamientos y saber que podemos dar más de nosotros mismos pero asumiendo nuestro límites. En el día a día, ¿consideras que te tratas igual de bien a ti mismo que a un amigo cuando te pide consejo?¿has notado que eres más amable y menos cruel con sus errores? Esto, es fruto de años de autocrítica de forma automática y poco consciente.

La doctora Kristin Nerff considera que existe tres puntos claves en la práctica de la autocompasión:

  • Tratarse a sí mismo con amabilidad.
  • Reconocer las luchas personales como parte compartida de la experiencia humana.
  • Sostener los pensamientos y sentimientos dolorosos en una atención consciente.

Tratarse a sí mismo con amabilidad, puede resultar el punto el más sencillo de implementar en nuestro día a día. Consiste en cambiar nuestro diálogo interno. En ocasiones, de forma automática volveremos a tener pensamientos de autocrítica (son muchos años conviviendo con un tipo de pensamiento como para esperar que desaparezca de la noche a la mañana) pero al saber identificarlos es más sencillo cambiar el tono. Con práctica, poco a poco, se convierte en una nueva rutina.

Reconocer las luchas personales como parte compartida de la experiencia humana, parte del hecho de que todos los seres humanos cometen errores, deben superarlos y sufren en diferentes momentos de la vida. Es parte de la existencia y entendiendo esto, entenderemos que las cosas que nos pasan, sentimos o pensamos, son completamente normales, y esto no nos convierte en mejores ni peores.

Sostener los pensamientos y sentimientos dolorosos en una atención constante es algo muy beneficioso de practica a largo plazo. A través de la atención plena, todas las emociones tiene cabida en nuestra vida. Experiencias negativas y positivas pueden ser observadas y contempladas de una forma objetiva, pudiendo sentirlas en cada momento con la magnitud que merecen. Explorándolas y dándoles su lugar. Estamos acostumbrados a relacionarnos con las emociones de forma contraria, evitando, huyendo y sin pararnos a sentirlas ni observarlas. Con la atención consciente, buscamos observar el pensamiento sin apegarnos a él.

Cuando practicamos la autocompasión de forma activa, es más sencillo ver las posibilidades reales para mejorar, lo que permite que actuemos de acuerdo a estas posibilidades. En este punto, los pensamientos negativos o positivos no son importantes, no dejan de ser pensamientos simplemente. Lo importante es la forma en la que respondemos a estos pensamientos. Podemos tener pensamientos negativos y dejarnos llevar por ellos, no salir de la cama porque somos «unos fracasados» o bien podemos tener estos mismos pensamientos, entender que todas las personas podemos sentirnos así, ver en qué podemos mejorar y tener un día productivo que nos acerque a nuestros valores a pesar de sentirnos mal. Ese es el verdadero objetivo de la autocompasión y la aceptación.

Si queréis saber más sobre atención plena o mindfulness, puedes leer el siguiente post sobre mascotas y atención plena.

*La imagen pertenece a pexels.com

Sandra Sánchez España

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