Las terapias contextuales o terapias de tercera generación están cada vez más en boca de todos por las evidencias científicas y las múltiples investigaciones que las avalan. Como la mayoría de terapias, surgen al establecerse una base filosófica que da pié a una posterior investigación.
En este caso, la filosofía que sigue es el contextualismo funcional, desarrollado por Steven Hayes. Basicamente, lo que propone, es que la persona se comporta en función a su contexto y no como un conjunto de manifestaciones problemáticas que «curar». Esta filosofía, parte del conductismo radical y la Teoría de los Marcos Relacionales. Por ello, se centra en la predicción del comportamiento humano en función al contexto, teniendo en cuenta la conducta verbal, que cobra especial importancia.
En este tipo de terapias, los pensamientos, sentimientos y acciones cobran importancia según la función que cumplen en su contexto. En consulta, se trabajaría analizando la función que cumplen las «conductas problemáticas», con la finalidad de trabajar en adoptar nuevas respuestas para conseguir resultados más adaptativos.
Este modelo contextual, se encuentra en contraposición al modelo médico. Según Pérez (2014) las principales diferencias entre el modelo médico y el contextual son: a) que el modelo contextual explica el trastorno no como algo que está defectuoso dentro del paciente sino como una persona dentro de una situación problemática. b) el modelo contextual no habla de un defecto, sino que tiene que ver con la relación que tiene una persona con sus sentimientos, experiencias y sus pensamientos. c) el modelo contextual propone crear principios terapéutico generales más que técnicas específicas. d) el modelo contextual mide los logros en función al acercamiento a los valores del paciente más que por reducción de síntomas.
Hasta hace relativamente poco, las terapias de segunda generación o las llamadas terapias cognitivo-conductual eran predominantes en el marco de la psicología. A medida que se trabajaba con este tipo de terapias, se desarrollaban nuevas teorías e investigaciones en el laboratorio sobre conducta verbal, abarcando lenguaje, pensamiento, imaginación o cualquier imagen mental asociada con la conducta humana. Mientras tanto, las investigaciones sobre conducta verbal van avanzando, dando paso al desarrollo de la Teoría de los Marcos Relacionales, que explica cómo afecta los pensamientos o sentimientos en las acciones (o viceversa), de igual manera que posibilita la investigación para inferir y romper dichas relaciones si estas son desadaptativas.
De estas terapias contextuales (como su nombre en plural indica) aparecen diferentes tipos de terapias que tienen todo lo anterior en común pero con características diferentes. Algunas de las más populares son:
Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT): Un tipo de terapia centrado en la búsqueda de una vida plena orientada a valores. Tiene como base la aceptación como la consciencia de los sentimientos, la conexión con el presente y el compromiso con acciones acorde a los valores de la persona.
Activación Conductual: Es una terapia desarrollada para la depresión. Se centra en las funciones que cumple la conducta de la persona, en este caso deprimida y trabaja en el afrontamiento de la evitación experiencial. La intención de esta terapia es activar a la persona a volver a la rutina de la vida.
Psicoterapia Analítico Funcional: Este tipo de terapia se centra en el análisis de la conducta. Genera el cambio a través de la propia relación terapéutica, conociendo y analizando el problema e interviniendo a través del lenguaje durante las sesiones. Es de vital importancia lo que el paciente dice y hace en consulta.
Mindfulness: Consiste en aplicar la atención plena para conseguir una mayor conexión con el momento presente dejando atrás lo que ya no está. Aceptando y dando espacio al dolor el paciente deja de evitar y conecta con lo que necesita. Viviendo una vida más plena. Suele aplicarse junto con otro tipo de terapia.
Terapia Conductual Integral de Parejas: Con esta terapia orientada a parejas, se combina el cambio individual y la aceptación emocional del otro miembro.
Estas son sólo algunas de las terapias desarrolladas a partir de las investigaciones contextuales.
Si te interesa el tema y quieres saber como comenzamos nuestra experiencia con este tipo de terapias, visita nuestro post: «El deber de ser feliz».
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