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Psicología y vida

¿Cómo volver a la rutina sin morir en el intento?

By 18 septiembre, 2018No Comments

Hemos llegado a septiembre y con ello llegan muchas incorporaciones al trabajo y a los estudios, esto supone un choque en nuestra rutina. El sol sigue brillando y las temperaturas no invitan a volver a trabajo. ¿Cómo podemos hacer que la vuelta a la rutina no sea tan dura?

A ojos de muchos, ha llegado la tan temida “depresión postvacacional”, se trata de ese período de tiempo en el que nuestro cuerpo sigue acostumbrado al ritmo de verano y las vacaciones pero toca volver a ponerse en marcha. Digamos que es como si nuestro pequeño período de irrealidad se haya acabado y toca chocar otra vez con esa rutina, esos horarios imposibles, esa falta de tiempo y ese costoso madrugar.

Sin duda se trata de una etapa inevitable, volver al cole, volver a la universidad o volver al trabajo suele costarle a mucha gente y sería casi imposible transformarlo en algo agradable. Aunque no podamos ver la vuelta a la rutina como algo positivo, sí que podemos vivirlo de una manera menos intensa.

OBSERVA LAS COMPARACIONES

Nuestra mente funciona de modo automático de manera que un simple estímulo puede disparar un sinfín de pensamientos.
Podría pasar que una persona le dijera a otra “en esta foto se te ve la cara un poco rara”, y la persona que recibe ese mensaje comience a tener pensamientos encadenados que comienzan con un “¿de verdad estoy rara?” y acaban en “nadie me va a querer nunca”.

Esta cadena de pensamientos automática nos suele atrapar y nos vemos enredados en un batallón de pensamientos que nos dicen cómo somos y cómo desearíamos ser. Nuestra actitud más común es la de intentar calmarlos o razonarlos, intentar ganarle a los pensamientos negativos con pensamientos positivos. Otras veces no conseguiremos ganar y simplemente nos sentiremos mal.

Cuando una persona que acaba de incorporarse al trabajo ve una foto de otra persona que se encuentra de vacaciones, es muy probable que su mente comience a lanzarle pensamientos “anzuelo”, de esos que atrapan. La persona acabará sintiéndose bastante desgraciada y culpable por sentir envidia.

Lo primero que debemos hacer es SER CONSCIENTES de ellos. No podremos abandonar la batalla si ni siquiera sabemos que estamos en ella. Se trata de observar nuestros pensamientos como si fuésemos alguien externo, alguien encargado de distinguir qué frases mentales vienen a nuestras cabezas y cómo van hilándose unas con otras hasta llegar a conclusiones catastróficas (Ejemplo: “LOS DEMÁS DISFRUTAN MÁS DE LA VIDA QUE YO”).
No es malo sentir envidia, no es malo sentirse mal por ver a otros disfrutar. Sentir el dolor es inevitable, lo que sí es evitable es paralizarnos por él, en contraposición podemos seguir adelante planificando nuevos objetivos y metas.

CUIDADO CON LAS REDES SOCIALES

Las redes sociales pueden ser divertidas y bastante útiles, pero cuando se trata de disfrutar del tiempo libre pueden jugarnos una mala pasada. Estar pendiente de los resultados de nuestras publicaciones o de que todos conozcan al detalle nuestras actividades para que sepan que nuestra vida es gratificante es un arma de doble filo.

Recomiendo que hagamos un ejercicio de reflexión y pensemos ¿para qué comparto esto con los demás?, ¿qué función tiene esto en mi vida? No se trata de no comentar fotos o de creerse algunos artículos que afirman “Las parejas más felices no comparten sus fotos”, se trata de que cada uno tomemos consciencia de si somos o no dependientes de ello y si el hecho de compartir recuerdos, nos aleja de vivirlos realmente.

Estar pendiente del móvil o de subir fotos puede interferir en la manera en la que vivimos el momento. Párate un momento a pensar en un día en concreto, un día de los que subiste una foto, ¿estabas conectado con esa situación? ¿estaba tu atención dirigida a la actividad que estabas haciendo o estabas más pendiente de cómo subía el número de likes?

RECOMPÉNSATE

La vuelta a la rutina es dura, recompensarse en el día a día puede ser una manera de que nos sepa menos amargo. Un paseo por un sitio que nos gusta al salir del trabajo, unas cervezas con algún compañero o incluso una noche tranquila leyendo en casa pueden ser maneras de recompensarnos.

Podemos buscar qué pequeñas acciones nos hacen sentir mejor en el tiempo del día que nos quede disponible y disfrutarla al máximo. De nada sirve ponernos a ver la tele si estamos todo el tiempo pendiente de whatsapps de amigos y compañeros. Si vamos a hacer algo hagámoslo bien, centrando toda nuestra atención en ello.

TIEMPO DE OCIO DE CALIDAD

Además de plantearnos pequeñas recompensas diarias, aprovechar los días libres con actividades de calidad también hará que nuestra vida nos resulte más gratificante. Si desperdiciamos nuestro único día libre sin hacer nada en concreto y sentimos que no tenemos una vida valiosa es que debemos elegir mejor las actividades que hacemos.

Investiga, propon, busca, emprende nuevas actividades, no tengas miedo a probar, céntrate en ellas al cien por cien y descubre qué pasatiempos te llenan más.

Si te interesa saber cómo la atención plena puede ayudarte a disfrutar más del día a día te recomiendo que visites nuestros post sobre atención plena en las comidas o atención plena y mascotas.

A raíz de la vuelta a la rutina, Radio Dipalme se puso en contacto conmigo para hablar sobre el tema y además para conocer un poco más sobre Mindfulness. A continuación podréis escuchar la entrevista completa.

*La imagen utilizada pertenece a Pexels.com

Catalina Day García

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